Tras unas 10 largas horas
descansando, nos levantamos a las 7:00 am, para recoger, desayunar y afrontar
la segunda jornada de la vereda. Hoy nuestro destino nos llevaría hacia un
pueblo conquense llamado Las Majadas. Subimos el Arroyo de Las Truchas desde
donde se podía divisar un hermoso paraje de la sierra de Cuenca. El recorrido
lo hicimos bajo una fina lluvia que se alternaba con rayos de sol, lo que no
nos impidió disfrutar del camino.
Caminando por |
Más adelante nos esperaba un valle
muy limpio en el que se dejaba ver poco arbusto. Estaba formado por amplios pastos
y grandes pinos. Las ovejas pastaban tranquilamente ajenas a las atentas miradas
de las rapaces que sobrevolaban el paisaje. Durante el paseo discurren amenas
clases de biología y botánica que se alternan con temas políticos y
administrativos a modo de consejos para nuestro futuro profesional. La
experiencia que comparten con nosotros Marian, José Manuel y Javier nos
advierten de la enorme responsabilidad de un veterinario en el mundo ganadero
sobretodo, y que debemos andar con pies de plomo pues nuestras decisiones
pueden afectar a un gran número de ganaderos, tanto para bien como para mal.
Nos chocó mucho la frase “cuando mi ganadero conduzca un Audi, yo conduciré un
Audi” que manifiesta de un modo muy acertado la idea del veterinario como lo
que debe ser, defensor acérrimo de su ganadero y el primer interesado en su
beneficio. La charrada va cambiando de rumbo sin darnos cuenta mientras
atravesamos el valle.
Cañada Real Conquense (Foto de Raúl Malo Martín) |
Las ovejas se
comportan como un fluido gregario (Foto de Raúl Malo Martín) |
Terminamos aprendiendo los
remedios medicinales más antiguos y populares que nos cuenta Vidal, algunos de
los cuales estaban reflejados en el museo de la trashumancia, que no dejaron de
sorprendernos. Por ejemplo, para curar “la nube” o queratoconjuntivitis seca de
las ovejas, los ganaderos le echan sal en el ojo, o le atan una cuerda al
cuello y le hacen un número impar de nudos. Para curar las miasis, o “la cagada
de la moscarda” se coloca un par de cardos verdes en cruz y sobre ellos una
piedra, en aquel lugar donde el animal parasitado ha pisado con la extremidad
posterior derecha. Nos atrevimos también con remedios para enfermedades
humanas, como las verrugas, y Marian nos explico un rito que le habían contado
a ella: cuando encuentras un hueso muy viejo y muy blanco de oveja por el campo,
das tres vueltas sobre él, luego te frotas la verruga y lo vuelves a dejar en
la misma posición. Dicen que la verruga desaparece.
No solo aprendimos, sino
que también compartimos con Vidal y los demás compañeros alguno de los remedios
que en esas prácticas con Luis Miguel Ferrer o Juan José Ramos te cuentan.
Siempre recordamos por su singularidad el remedio popular frente al Cenuro cerebralis que consistía en poner
una piedra con un agujero (como si de un donut se tratase) sobre la puerta de
la paridera. Otra variante era colgarla del cuello a la oveja con problemas neurológicos,
llamada frecuentemente cordera “modorra”. En ambos casos la piedra debía tener
el agujero espontáneo, habías de haberla encontrado así en el campo. Nada más
escuchar todos esos remedios empezamos a discutir y a lucubrar la base
científica de cada uno de ellos, lo cual nos llevo a algunos a ganarnos el
amistoso apodo de “el incrédulo” pues dudábamos de su capacidad sanadora real.
A las 12.30 nos esperaba el hatero, persona
encargada de abastecer a los ganaderos de a pie, en lo alto de
una colina, para proporcionarnos energía a base de embutidos, jamón, queso,
sardinas, pan y el querido vino D.O. Cariñena.
¡Qué bien sienta el almuerzo! (Foto de Raúl Malo Martín) |
Al pasar por un
abrevadero tras un buen “paseo” el ganado agradece echar un trago (Foto de Raúl Malo Martín) |
Una vez saciada el hambre,
reanudamos la marcha y continuamos con nuestras fotos curiosas, adivinando
acertijos y charlando unos con otros. Si queréis adivinar algunos de los
acertijos, ahí van unos cuantos:
- Un hombre ve a un pastor y dice: Ahí va el pastor de las 20 ovejas, y el pastor respondió: No, seré mayoral de las 20 ovejas cuando tenga el doble que estas y la mitad que estas. ¿Cuántas ovejas tenía el pastor?
- ¿Cuándo tiene la oveja más lana?
- Subo al cerezo, había cerezas, no cojo cerezas, me bajo y no quedan cerezas, ¿cómo es posible?
- Un trailer de gorrinos chatos va de Madrid a Segovia, descarrila a mitad del camino. ¿De dónde eran los gorrinos chatos?
De nuevo nos encontramos con el
problema de la invasión de las cañadas… esta vez, bueno y todas las demás, la
culpa radica en la administración por no respetarlas, atravesándolas como en
este caso con carreteras, lo cual es un peligro y una responsabilidad para los
ganaderos circular por sus cunetas con las ovejas.
Ejército ovejil
aguantando de forma estoica en las trincheras (Foto de Raúl Malo Martín) |
El ganado lanar
dando dificultando el tráfico a la entrada de Las Majadas. (Foto de Raúl Malo Martín) |
Compañero con la
mirada puesta en un mundo bucólico pastoril (Foto de Raúl Malo Martín) |
El ganadero Vidalico y su borrico (Foto de Raúl Malo Martín) |
En un momento dado, las ovejas se
dispersaron alejándose del pelotón, y varios compañeros tuvieron la oportunidad
de llevar a cabo las labores del perro pastor, cumpliendo su tarea de recoger
las ovejas despistadas con éxito. Sobre las 4 de la tarde disminuimos la marcha
para permitir que las ovejas pastaran tranquilamente en los alrededores del
pueblo durante un par de horas, hasta que llegamos al cercado. Esta noche
Urbano nos sorprendió con unas deliciosas patatas a la virulé, ahí va la
receta: garbanzos, patata, bacalao, callos, sofrito de pimiento, ajo, cebolla,
un caldero de hierro y fuego lento. Llenada la tripa decidimos ir al pueblo a
tomar un café, que acabó convirtiéndose en una acalorada partida de cartas
acompañada de unos cuantos chupitos y varios copazos para culminar la noche.
Casi se nos va de las manos…
Los destellos mágicos en la vida de los seres humanos los aporta un caldero desde tiempos inmemoriales(Foto de Raúl Malo Martín) |
¿Cómo ves el
caldero? ¿Medio lleno o medio vacío? (Foto de Raúl Malo Martín) |
Autores: José Manuel Ibarra, Vicente Luis Pascual Solana, María y
Almudena Valiente Viana, Belén Mediano Valiente, Ricardo Novales Miranda, Raúl
Malo Martín y Jaime Calvo Bara.
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