A la mañana siguiente amanecimos, para nuestra sorpresa, con demasiada calma. Ya nos habíamos acostumbrado al turbo mañanero de Vidal, pero ese día parecía ser más tranquilo, por lo que pudimos saborear algo más ese rico desayuno de café y magdalenas. La mañana nos deleitó con alegría y desagracia; tuvimos un precioso nacimiento y dos abortos (niños, hoy no es día de parque).
¡HOY MANDAN LOS CHAVALES! Durante la caminata de esta mañana Lluís y Teresa fueron de hateros y los más jóvenes pudimos disfrutar de un hermoso y lluvioso recorrido. A mitad de mañana, las mujeres adelantamos el rebaño para dejar a Arturo, Colorao y Parretas hacer su magia y fuimos a hacerle compañía a Ismael, que nos sorprendía con cambios de melodía y algún grito a su querida y rebelde Wifi. A pesar de que el camino era más cómodo, sufrimos el intento de huida de 3 ovejas fugitivas, pero con nosotros estaba claro que su intento se iba a quedar solo en eso. Fue un trayecto fascinante; nos topamos con un cementerio de reptiles (descansen lagartos y sapos), Carmen cogía champiñones sospechosos con intenciones no muy amigables y al final pudimos divisar unos ciervos a lo lejos.
Mientras tanto, los hateros disfrutaron de un rico café (sin churros esta vez) y, nuestro querido Lluís, tras sus casi 40 años como veterinario, ¡ha realizado su primera receta! Tengamos en cuenta que, de normal, los animales con los que trabaja ya no las necesitan. Todo esto sucedía a la vez que Teresa sujetaba una botella de Bailey´s cual adolescente.
Para comer, Vidal nos sorprendió una vez más con una gran pata de jamón de bellota. ¡Casi no dejamos ni el hueso! Después de comer, nos adentramos hacia un nuevo destino donde el ENTORNO ERA PRECIOSO (gracias Huerto, sin ti no hubiésemos sido conscientes). Gracias a los prismáticos de Mc Lujan, conseguimos ver los ciervos más de cerca y, la gran Pastora nos terminó de maravillar con una clase magistral de pastoreo.
Una vez abandonamos el hermoso entorno, nos encontramos en Sierra Morena, en el Cerro de Alcornoque donde esa noche nos esperaba la visita del tempranillo (Curro Jiménez), y nuestro inteligente Problemas acudió raudo y decidido hacia el árbol donde cada año es amarrado. Tuvimos la gran suerte de ver a los modelos de Abercrombie (Colorao y Parretas) en acción, posando con su torso desnudo para un calendario erótico (próximamente a la venta).
Sufrimos un episodio de posibles quemaduras debido al combate de lucha entre el fuego y la lumbre, aunque todos conseguimos salir ilesos y, además, pudimos merendar bellotas asadas en esa misma lumbre.
¡La última cena! Vidal nos sorprendió con unas deliciosas lentejas con arroz. Empezó a llover, por lo que tuvimos que disfrutar de nuestra última noche en la carpa, dándonos calor humano y nuestro querido Lluís se bebió su primer y último chupito de Bailey´s de la trashumancia. Como no podía ser de otra manera, todos acabamos la noche alrededor del gran jefe Vidal, que dormía plácidamente.
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