Día 5 (04/11/2023)
Entre pinos en un campo de golf, café en mano bajo el techo del refugio y con esperanzas de que el tiempo nos dé un pequeño respiro, empezamos el último día completo como trashumantes.
Una vez puestos en marcha tomamos camino entre gran cantidad
de fango, formado por la gran cantidad de agua que había y seguía cayendo
durante los días anteriores.
Alguna caída más tarde y con una doble suela de lodo,
llegamos a comer los famosos gaspachos (siempre bajo la jaima para resguardarnos
un poquito).
Con las tripas llenas seguimos al rebaño en lo que parecía una pista de patinaje de barro y por supuesto, acompañados siempre por agua.
Por suerte, una vez llegados a campamento ha dejado de
llover, a hoguera encendida secamos como es ya costumbre las botas y preparamos
las cosas para la última cena, carne a la brasa con torreznos, tocino,
longaniza, ... otro manjar.
A cielo despejado, podemos observar a los lejos las luces de
la ciudad de Cuenca y por primera vez en 5 días, las estrellas.
Unas últimas jotas, risas, anécdotas y algunas canciones
después toca el momento de despedir la última noche, viendo como la hoguera se
va apagando y como los integrantes poco a poco se van yendo a sus tiendas a
recuperar fuerzas para el día siguiente.
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