viernes, 10 de enero de 2014

Día 24 - 24 de noviembre ¡Felicidades Tania!

El último día nos levantamos con las bromas de siempre y nos acercamos al fuego felicitando una a una a nuestra "compi" y cumpleañera Tania. El café se hace esperar y la gente tarda en recogerlo todo, pero aún tenemos que esperar más para empezar a andar. Esta mañana, las ovejas han empezado a parir. Sacan cuatro corderos y dos más de un parto gemelar del vallado. Vidal e Ismael aíslan a las madres y les colocan un cencerro para identificarlas mejor a la llegada y poder juntarlas con sus respectivas crías más fácilmente.

Última mañana (Elena Osuna)

Los pastores nos cuentan que las merinas tienen mayor aptitud maternal y que por eso producen más calostro. Así las crías pueden tomar la cantidad necesaria horas después de nacer cuando las reúnen con sus madres. Después de meter todos los corderitos en el remolque de Urbano, empezamos a andar. 

¡Corderitos! (Alba Ortega)

El recorrido matinal consiste en subidas y bajadas por la montaña. Comemos madroños, recogemos corcho, pasamos por una aduana para cazadores en medio del monte y finalmente llegamos a una casa junto a la cual nos esperan los conductores y Urbano, cocinando careta y unos buenos huevos fritos.

La última comida la compartimos con el chico que se va a casar con la hija de Urbano. La familia de la casa de al lado está preparando una matanza y nos ofrecen presenciar el sacrificio del marrano. Sólo Sara y Elena Vargas dejan el tocino frito para ir a ver sacrificar un cerdo negro de más de 200 kg sobre una mesa de piedra. Para terminar, le cantamos el cumpleaños feliz a Tania, tomamos unas pastas y nos despedimos muy emocionados de los pastores. 

Algunos amenazan con volver, otros contienen las lágrimas y los demás no sé qué hacen porque con tanta humedad en los ojos no se ve muy bien. Besos y abrazos para todos, agradecimientos a los pastores y las últimas fotos de equipo. 

Con lágrimas en los ojos (Pepe Múzquiz)

Nos subimos a los coches y nos dirigimos a Vilches donde tomamos un café con la mujer de Vidal, una señora muy maja con dos críos bastante cortados por la atención que se les presta. 

Al pasar a Ciudad Real paramos a comprar queso y miel (sobra decir que somos un grupo que no pasa desapercibido en ningún lugar ahora que hemos salido de la sierra).

El camino a Zaragoza es largo pero nadie parece querer que se acorte, excepto para un conductor que sólo pensar en la horrible semana que le espera se pone malo. Al contrario que en el viaje de ida, nadie se duerme. Hablamos, hacemos planes, nos perdemos y en el cuatro por cuatro rezamos para no tener que empujar el coche en caso de quedarnos sin gasolina. 

En la facultad nos espera el jefe de Héctor, el perro de Irena y un frío “aciercerado”. A las once de la noche cada pájaro está ya en su nido. “¿Pájaro que vuela?”…

Autores: Isabel Fernández, Sara Lorente, Ángela Martínez, Irena Montalvo, Alba Ortega, Elena Osuna, Marta Serrano, Elena Vargas

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