Día 17 (16/11/2023)
Amanecemos un
día más a toque de burro con las tiendas empapadas, pero sin haber pasado mucho
frío. Comenzamos a preparar los desayunos y quien se conforma con lo caliente que
está el café se lo toma y quién no, se aparta unas ascuas de las brasas que ya
ha preparado Vidal para calentar más el desayuno.
Comenzamos a andar con el amanecer entre arbustos y árboles bajos al sonido incesante de todos los cencerros del rebaño y junto a los perros pastores y de guarda. Hoy la niebla nos ha perdonado y nos ha dejado ver el sol desde el primer momento.
El camino
prosigue casi sin alteración hasta que con los mandados a los perros nos damos cuenta de que hay que hacer que el
rebaño se junte porque vamos a atravesar Ruidera.
Una vez el ganado se ha juntado caminamos despacio por una pendiente escarpada que da al pueblo de Ruidera en
la cual nos quedamos esperando hasta que la
policía nos de paso por el pueblo.
Una vez nos han dado
paso cruzamos el pueblo con muchos ojos de los habitantes del lugar mirándonos
en todo momento.
Tras cruzar el pueblo
toca la merecida recompensa y almorzamos junto a muchas personas que han aprovechado
para venir a visitarnos.
Poco después de
llenar la tripa proseguimos el camino a paso de oveja por una pendiente que
hubo que subir, sin ninguna duda con mayor dificultad que las ovejas hasta que
el camino se comenzó a ensanchar y comenzamos a adentrarnos en distintos terrenos
ya cosechados.
Tras una larga
jornada, la más larga de todas, y con ayuda de las linternas frontales conseguimos llegar al lugar en el que
vamos a pasar la noche. Ya con todo preparado
para cenar y con la bota dando la vuelta alrededor de la mesa cenamos y
finalmente llega el merecido descanso
alrededor de la hoguera. Como es usual acompañados de canciones e historias
el último día del grupo llega a su final.
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