Esta mañana, Problemas nos ha despertado de una forma diferente, a las seis, tras un intenso rebuzno, se ha dado un paseo alrededor del campamento con su sonoro cencerro, además, el explícito de Ismael, con su grito mañanero, ha ayudado al burro a acabar de ponernos en pie. Para más INRI ha helado y las tiendas amanecen escarchadas.
Seguimos el camino de Don Quijote, cambiando la panorámica del paisaje, repleto de romero, tomillo, esparto y enebro, entre otras. En el camino nos encontramos con un curioso chalet, del cual Vidal nos cuenta que es la casa de la Koplovic, dueña de El Corte Inglés.
Nos vamos acercando a Ruidera, con la estampa de árboles otoñales y las famosas lagunas que llevan el propio nombre del pueblo, siendo éste muy turístico, repleto de tiendas y bares. Como la cabaña pasa por el medio del pueblo, nos adentrarnos en él, con la expectación de los habitantes, que fotografían y miran a nuestro paso.
Cuando por fin llegamos al punto fijado para la comida aparece el tachuelas, uno, entre muchos, de los amigos que nuestros pastores hacen cada año a su paso por la zona.
En el trayecto de la tarde aprendemos por qué dicen que “la cabra tira pal monte”, Vidal nos cuenta que está apuntando los días que se cubren las cabras para saber qué día van a parir, ya que unos cinco días antes del parto las encierran, porque si están sueltas se esconden en el monte para parir, escondiendo de esta forma a los chotillos, intentando ocultarlos. Vidal nos dice que observando pequeños gestos de las cabras se puede saber dónde guardan los cabritillos ya que al pasar por su lado, aunque disimulando, miran hacia donde lo tienen escondido.
Descubrimos que las ovejas viven mejor pastando, ya que es un animal que necesita ante todo “morder”, es una auténtica desbrozadora que sabe y puede aprovechar los recursos naturales, así como los pastos, pudiendo limpiar las zonas de cortafuegos.
Llegando ya, localizamos una cordera con cola larga, la que nos hace entablar una conversación con Delia, de los distintos métodos de corte y comparándolos con otros países y la legislación de bienestar animal.
Acabada ya la jornada, preparamos la lumbre con la que Urbano nos prepara unas riquísimas patatas a la virolé. Como días anteriores, sacamos el minibar y el garrafón para alargar un poco más nuestra última noche.
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