Los efectos de los licores varios de la noche anterior hacen efecto, y las primeras bajas se ven obligadas a ir en furgoneta, ya que podrían haber sido pasto de buitres en caso de haber ido andando. Esta mañana serán ellos los hateros.
Tras los pinares, el paisaje cambia completamente, el camino ahora es mucho más llano, sin apenas árboles y con cultivos que no podemos pisar. Tenemos que ejercer de muros protectores de los campos recién sembrados.
Hoy cruzaremos Belmontejo antes de comer, un pequeño pueblo que tiene el placer de ver pasar a nuestros protagonistas dos veces al año, por la calle La Vereda.
Tras cruzar la carretera próxima a Belmontejo, reponemos fuerzas bajo una chopera y el canal del Tajo-Segura. Hoy tenemos tortillas varias y el embutido de todos los días. Mientras que comemos tranquilamente, un bote de pintura cae de la nada. Gracias a Dios que no pilla a nadie debajo.
Antes de partir, Rubén y Ane vuelven al pueblo en busca de una farmacia. Nadie se esperaba que la farmacéutica fuera una fiel feligresa que estaba en misa a las 2 de la tarde… Pobres van a ir directos al infierno.
Seguimos nuestro camino y Problemas (el burro) decide hacer honor a su nombre. Se reboza por el suelo perdiendo la silla y corriendo por los campos para no ser atrapado.
Después de la pequeña trastada, la veterana en caballos, Elena, decide demostrarnos sus conocimientos sobre la doma clásica y se sube encima de Problemas. Ella será la primera, pero después de ver que se porta muy bien todos nos subimos con la excusa de descansar los pies.
Estábamos paseando tranquilamente, mientras que nuestras ovejas pastaban, cuando divisamos a la lejanía un rebaño ajeno al nuestro. Un rebaño sin domesticar, gilipollas como dice Ismael, ya que son ovejas de intensivo. Solo tenemos dos opciones, “matar o morir”, “dominar o ser dominados”. Sin más armas que unas varas de avellano y otras de Quechua, lanzamos nuestra ofensiva al grito de: “matad a esos indeseables”. Cuando pensamos en rendirnos, por la derecha nos sobrepasa Ismael, a la velocidad del rayo, acompañado de “Lily” y “Comanechi”. El consigue dominar el rebaño invasor, parece ser que el pastor estaba un poco despistado. (Queremos aclarar que no pensábamos matar a nadie, pero nos recordó a las películas de guerras).
Campo tras campo, después de unas cuantas horas con el sol de frente, llegamos a Cervera del Llano, donde pasaremos la noche a la luz de la lumbre. Hoy para cenar tenemos paella al estilo Tío Domingo.
Cada vez tenemos más confianza con los pastores y las tertulias se alargan.
Autores: Irene Marrondo, Ane Rivas, Zeneida Orobitg, Alberto Auseré, Ricardo De Miguel, Carolina Gonzalo, Beatríz Miguelena, Elena Navarro
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