domingo, 7 de noviembre de 2021

31 de octubre de 2021. 1º turno. PRIMERA JORNADA DE VEREDA.

 

Salimos de la facultad. De camino a Guadalaviar, paramos en un bar de Santa Eulalia del Campo, un pequeño pueblo previo a nuestro destino y tras el café seguimos nuestro camino ignorantes de lo que nos esperaba. Tras tres horas de coche, llegamos a la caseta del tío alpargatas, el cual, al ver que llovía a cántaros, se replanteó venir a darnos la bienvenida... 

Nos encontramos con los pastores y más tarde, bajamos hasta una explanada donde vimos llegar una avalancha de ovejas guiadas por Pastora y Manolo, dos perros carea muy majicos. El burro Problemas también vino a recibirnos muy mojado.


 Más tarde, la lluvia nos dio una pequeña tregua, suficiente para poder parar a comer y poder presentarnos todos. Una vez continuamos el camino la lluvia iba y venía, por suerte nos dio una segunda tregua en la bajada del barranco del judio, que al estar todo embarrado, las pequeñas piedras no rodaban y el barro nos servía de freno y lo conseguimos bajar sin ninguna baja ni caída. 

Al final, justo cuando recogíamos el rebaño, empezó el diluvio real, así que ahí estábamos, en busca de nuestro refugio (aka los coches) y cuando por fin los alcanzamos, no estaban los conductores…. así que nos tuvimos que refugiar en unas parideras con más goteras que techo. 

Ya en Guadalaviar fuimos al museo de la trashumancia, donde Marian nos abrió los ojos a esta cultura de una manera sencilla y apasionada.


 Nos impactó tanto la dura separación de las familias durante meses como la lucha de los hombres contra el clima cuando, además, aún no existía la ropa térmica de Decathlon!!!. Nos contaron, comparando las vidas de los trashumantes tanto antiguos como actuales, los cambios de escuela, la incomunicación durante la  vereda, el cambio de los caminos por la intromisión de las infraestructuras, y muchos más ejemplos de grandes dificultades  que nos hacen mirar con cariño a estas generaciones de pastores. Todo ello acompañado de antigüedades e historias que merece verdaderamente la pena escuchar. En resumen un museo que demuestra lo orgullosos que están de su forma de vida, de su trashumancia y de su historia, que es la de todos. 

Después cenamos en el restaurante del pueblo y nos cocinó Martina, la hermana de Juanvi, un pastor que nos acompaña en la vereda y al que de joven su familia  no le dejó trabajar con las ovejas y tuvo que hacerlo en una fábrica a pesar que no le gustaba, una vez jubilado y ya con más de 70 años, ha retomado su pasión abandonada de crío... 

Martina también está jubilada, pero retomó su trabajo de cocinera de propio para nosotros.  No os podéis imaginar lo buenas que estaban las carrilleras  con boletus!! Por no mencionar los postres. Como ya habíamos entrado en calor y nos habíamos cambiado e íbamos con ropa seca, decidimos integrarnos e ir al bar del pueblo, donde  tuvo lugar un torneo de futbolín legendario e intenso donde Emilio y Juanjo jugaron un gran papel como coaches del equipo formado y nos enseñaron nuevas competencias transversales tales como la del buen perder, la celebración palmeada, el fair play, beber con responsabilidad, reciclaje de recursos y, sobre todo, que la edad es solo un número. Todo esto acompañado de la orquesta municipal del pueblo, que nos cantaron canciones típicas que nos dejaron encantados antes de irnos a dormir al colegio del pueblo con nuestros sacos.


 Con todo esto, sólo comenzaban nuestros días en la vereda, pero  ya llegamos a una conclusión muy importante, y es que no todo se aprende en las aulas!!

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