miércoles, 26 de diciembre de 2012

Día 18 - 18 de noviembre

Día 18, el último día para nosotros, y la sensación en el ambiente al salir de la tienda era clara: tristeza. Ya han pasado 5 días y sin embargo seguimos sintiéndonos como si acabásemos de llegar, con ganas de aprender, con ganas de acampar en el campo, de seguir caminando junto a nuestros amigos pastores que tanto nos han enseñado.

Ya ha pasado ese momento en el que te preguntas: ¿será muy dura esta experiencia para mí? y la respuesta es que no sabemos hasta qué punto es dura una trashumancia hasta que se vive cómo los pastores emigran hacia el sur para que sus ovejas pasen un invierno más agradable y con mayor cantidad de comida, para que luego digan que los ganaderos no se preocupan por su ganado y que lo tienen en malas condiciones. No sé si el resto de ganaderos será así, pero por lo que hemos vivido esta semana, hemos podido comprobar que Ismael, Vidal, Urbano o Isidoro son personas que de verdad se preocupan por su ganado.

Desayunando todos parecemos tener un mismo pensamiento en la cabeza: este será nuestro último desayuno junto a los pastores y junto a la hoguera.

Desayunados y con fuerzas echamos una última mirada a las ovejas, que empiezan a partir al alba y con paso decidido hacia el sur. Para nosotros esto se acaba, para ellos (los pastores) todavía queda un largo camino por recorrer, y que mejor que recorrerlo con una bota llena de vino y buena compañía.

Despedida, último día (Javier Presa)

Una vez despedidos todos, nos disponemos resignadamente a recoger las tiendas de campaña. Para ello lo mejor, la técnica que nos enseñó Héctor de doblarlas en triángulos. Tras recoger todas las tiendas y cargarlas en la furgoneta, partimos rumbo a Zaragoza, a la facultad de veterinaria, pero antes decidimos limpiar la furgoneta, ya que tras una semana de barro y campo estaba bastante sucia, tanto por dentro como por fuera.
 
Último paisaje antes de partir (Javier Presa)

Menos mal que llevábamos las herramientas adecuadas: bayeta y papel de periódico, además de agua y jabón. Todo esto sumado a nuestro trabajo en equipo y a los “temazos” que sonaban en la radio dieron como resultado que antes de que pudiésemos darnos cuenta, nos encontrábamos ya en la carretera con destino a Zaragoza, aunque antes tocaba pasar por Madrid y sus circunvalaciones.

Durante el camino en la furgoneta, algunos iban durmiendo, otros cantando, otros riendo y el resto comentando anécdotas sobre lo que había pasado durante esa semana y lo que había supuesto para ellos la experiencia junto a aquellos pastores en la vereda.
 
Javier en la furgoneta
Autores: Raquel Ambroj Gil, Leyre Ayesa Sagüés, Alejandro Bandrés Sarraseca, Beatriz Ganuza Borrega, Laura Muñoz Martín, Javier Presa González, Nuria Ricarte Ferrer

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