Ultimo día, el tiempo
acompaña la nostalgia, nos vamos y llueve. El clima nos despide. Caminamos
entre encinas y monte, contentos. A mitad de mañana el sol vuelve a brillar, a
brillar sobre el suelo mojado, mágico.
Llegamos a Roda de Haro, un
pueblo deshabitado, de 300 habitantes a 9, estamos en plena España Vaciada, un
señor mayor, natural de este pueblo, nos cuenta con voz también nostálgica, que
se ha tenido que ir a vivir a otro lugar.
La ovejas siguen la vereda, nosotros, ahí quietos,
contemplamos entre las primeras lágrimas como siguen su camino junto con
Ismael, Vidal, Urbano, Juan Vicente y Problemas.
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