Cañadas y veredas
Las
denominadas cañadas reales se usan en España desde el edicto real del rey
Alfonso X (el sabio) realizado en 1273. Estos caminos que se utilizan ahora y desde que se promulgó el edicto en 1273, en realidad ya se utilizaban antes de esa fecha por los pastores trashumantes, pero gracias al rey se
reguló, ordenó y estos fueron protegidos. Así, junto con la creación del Concejo de
la Mesta, quedaron definidas las cañadas reales.
Como
establece ese reglamento, la cañada real debería medir 72,22 metros de ancho y
ser trazados en un largo recorrido (más de 500 km), además de discurrir en
dirección norte-sur. Con la regulación real, quedaba asimismo prohibido el
recorte que realizaban comúnmente los propietarios de fincas colindantes
mediante el movimiento de mojones, los cuales aún se conservan en muchos de los
puntos, como hemos podido observar durante nuestra estancia. Por desgracia, en muchos tramos la cañada ha perdido su anchura siendo invadida por los campos de cultivo colindantes y quedando reducida a un mero pasillo por el que, sobre todo en verano, los ganados sufren al pasar por pasos tan estrechos.
Además,
también tenemos otras vías con menos anchuras como pueden ser:
-
Cordel (de hasta 37.5 m).
-
Veredas (de hasta 20 m).
-
Coladas (menores de 20 m).
Algunas
de las principales cañadas reales son:
-
Cañada Real Zamorana.
-
Cañada Real de La Vizana o de la Plata.
-
Cañada Real Leonesa Occidental y Oriental.
Durante
nuestra vereda seguimos la denominada cañada real de ‘los serranos’ o
Conquense. Nos comentaron que esta vereda se llama así porque nace en la Sierra
de Albarracín (de donde son los pastores). Su paso discurre a través de la provincia
de Cuenca, alcanza La Mancha y tras cruzar la provincia de Ciudad Real,
finaliza cuando cruza Sierra Morena y llega a la comarca del Condado de
Jaén. Se trata de una vía pecuaria de gran recorrido que está incluido en la
Red Nacional de Vías Pecuarias. Los pastores realizan esta trashumancia hasta
la zona de Jaén para en invierno llevar a sus rebaños a una zona más cálida y
en verano volver a subir a la Sierra de Albarracín, para evitar el excesivo
calor de Andalucía y aprovechar los mejores pastos.
La
trashumancia es una tradición que se realiza desde hace miles de años, y aunque
lamentablemente ya no sea tan utilizada como antes, podemos ver familias de
ganaderos que aún mueve a sus rebaños a través de estas cañadas y veredas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario