Impacientes por
empezar el día, llegamos con antelación al desayuno para emprender la
vereda lo antes posible. Conmovidas por
las despedidas de los familiares y deslumbradas por el sonido de los cencerros
entre la niebla tomamos camino tras las ovejas.
En el paso a través del puente pudimos apreciar el comportamiento de los animales. Las ovejas se negaban a pasar por semejante puente estrecho, por lo que Ismael hizo progresar a los machos cabríos para que se pusieran delante del todo y guiarán el camino a las ovejas, este momento realmente nos fascinó a todos.
Siendo la etapa más
dura de la semana, subimos a 2000 metros de altura y para amenizarnos el
ascenso, le preguntamos a Leandro curiosidades sobre el comportamiento de las
cabras.
Tan solícito como
siempre, nos explicó que estas, a diferencia de las ovejas, reconocen a sus antepasados, por lo que al atar a los cabritos que acaban de nacer para que no
se pierdan mientras la madres pastorean, lo tienen que hacer entre familiares,
ya que sino a la hora de ir a dar de mamar se estarían peleando entre ellas
continuamente. Del mismo modo, una cabra puede dar de mamar voluntariamente a los cabritos de su hija, es decir, a sus nietos!
Además, las cabras
al anochecer sitúan a las crías entre sus piernas para protegerlas de los
depredadores, pero los zorros que son muy espabilados, adoptan una postura de bola
para asustar a la madre y así robarle el cabrito.
También nos comentó
que sufrían ataques de jabalís, los cuales agarran a las crías y a diferencia de
los zorros o lobos, destrozan la canal e ingieren tanto carne como hueso.
Por otro lado,
entre el rebaño había un par de chivos preciosos, con unos cuernos esbeltos y
grandes cencerros, cuya función es dirigir el paso por caminos estrechos o con
dificultades en los que las ovejas temen pasar. Por ello, envían a los machos cabríos primero para que posteriormente lo atraviesen las ovejas, atraídas por el
sonido de los cencerros.
En la cima nos
esperaban los hateros con un gran almuerzo y la famosa Irene, la bota de vino
fiel compañera de las comidas de los pastores que también terminó
convirtiéndose en la nuestra.
Por la tarde, las compañeras que hicieron de hateras ayudaron a Vidal a preparar todo el campamento como las tiendas y el pastor eléctrico para dejar las ovejas durante la noche, la hoguera y la deliciosa cena.
Era nuestra primera
hoguera juntos en la que nos sentimos como en casa, cantando, preguntando
curiosidades y sobre todo muchas risas.
Nos contaron que se pueden llegar a esquilar 200 ovejas por persona y día, y los esquiladores cobran 1,65€ por oveja. También se comentó que se sacaba entre 2,5 a 3 kg de lana por oveja y nos plasmó la bajada de precio que habían tenido, vendiéndose hoy en día a 0’60€/kg mientras que hace dos años estaba a 2€/kg. Son datos que debido a las prisas de nuestro día a día y al establecimiento de nuestras “prioridades” no nos llegamos a dar cuenta pero verdaderamente son importantes, aun más sabiendo que es un sector que también nos da de comer a los futuros veterinarios.
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