viernes, 25 de noviembre de 2022

VIGÉSIMOTERCER DÍA DE VEREDA. 22/11/22

 Con pena ha llegado el último día de vereda, después de 24 días acompañándole, vemos como la marea blanca se aleja dejándonos atrás. El clima parece empatizar con nuestro sentimiento de melancolía, ya que desde hace unos días ha estado nublado lloviendo a ratos, lo que ha creado una atmósfera fría y húmeda. Cuando vemos como se aleja el rebaño nos damos cuenta de como ha aumentado el número de ovejas que cojeando se van quedando al final del grupo, y es que esta es la principal patología de las ovejas trashumantes, las cojeras. La raza merina se caracteriza por su rusticidad y su resistencia, por eso son las idóneas para llevar una vida trashumante, ya que son ovejas que tendrán que realizar dos migraciones al año. A pesar de ello, la vereda supone un desgaste continuo y éstas están expuestas a condiciones duras y terrenos muy diferentes que acaban debilitando sus pezuñas. A lo largo de su recorrido a través de la península atraviesan zonas pedregosas, cuestas resbaladizas con piedrecitas pequeñas, campos más blandos, barrizales húmedos, terrenos secos y duros e incluso carreteras. Se pueden golpear o tropezar con piedras grandes y las pequeñas se les meten entre las pezuñas y en algunos casos incluso se pueden incrustar, además tenemos que tener en cuenta que muchas están preñadas, por lo que llevan un peso adicional, si a todo esto sumamos la humedad como la que nos ha acompañado en los últimos días, se crean las condiciones perfectas para que aparezcan las cojeras.

Ante este problema, los pastores actúan de diferentes manera en función de cada situación. En ocasiones cuando ven que una oveja no puede seguir el ritmo del rebaño, la separan y la llevan en el remolque del hato durante un día o dos para que pueda recuperarse y descansar. Otras veces les administran un antibiótico que impide una infección secundaria y las marcan para así tenerlas identificadas y poder seguir su evolución; y hay ocasiones en las que no se hace nada, y es que su capacidad de recuperarse es fascinante, y después de una noche de descanso son capaces de seguir al día siguiente como si nada. 



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