lunes, 5 de diciembre de 2016

Día 1 de noviembre de 2016

Hoy Faco (Jose) nos despierta antes de tiempo. Son las 5:15 am de la madrugada y aunque nos intenta engañar para que no nos enfademos, no todos tenemos buen despertar, y lo terminamos echando del refugio/ asociación, donde nos han dejado dormir, en el propio pueblo de Guadalaviar.

Volvemos a la Casa Rural Martina a las 6:30 am a desayunar. Un desayuno increíble, cargamos las pilas a tope, y juntos volvemos al barranco a por las ovejas.

Hoy empieza la verdadera vereda. La escarcha cubre todos los prados, y el frío sube por los pies.


Allí nos reunimos todos; las familias, con mujeres e hijos, primos, hermanos, incluso vecinos del pueblos que vienen a despedirse. La mujer de Urbano ha traído café para que entremos en calor. La despedida se alarga, pero es normal, nuestros anfitriones pasarán un mes sin ver a sus más allegados.

¡Comenzamos a caminar! El paisaje es increíble. La mañana dura, cuesta arriba, Jose y María tiran del burro Problemas, el cual lleva a sus lomos a los pequeños César y David, los hijos de Marian. Contemplamos una de las imágenes más bonitas del camino de hoy, momento en el que los animales cruzan el río Júcar.


Al llegar a lo alto del Collado del Aire nos espera Urbano y sus novatas hateras Alba, Cristina y David, el marido de Marian. El almuerzo ya está preparado. Nos cuentan que durante la mañana han tenido algún que otro problemilla para poder subir los coches hasta arriba, nada que no pudieran solucionar.

Tras el magnífico almuerzo retomamos el camino, ahora cuesta abajo, entre pinares. Los acompañantes extra nos abandonan. ¡Nos vemos a la vuelta!


Los hateros de la tarde, Javi y Margarito, que junto con Urbano trasladan los coches a la zona donde acamparemos esta noche, cortan leña de pino para el fuego durante el camino. También buscarán setas y nueces para la cena, pero sin ningún éxito, parece que deberán agudizar sus dotes. Tras atravesar una zona de gran barrizal con los coches, en una pequeña llanura, montan el redil o pastor eléctrico y organizan todo el campamento. 

Mientras, los alumnos que acompañan a pie a los pastores, cruzan un pequeño pinar que en realidad se asemeja más a los bosques africanos de “baobabs”. Tenemos miedo, los buitres vuelan bajo en busca de comida, pero enseguida vemos que en realidad no vienen a por nosotros, sino a por algún animal muerto que hay en los alrededores. Todos miramos asombrados cómo descienden en picado tras volar en círculos sobre la presa.


Entre las clases de pollos de nuestro amigo Ricardo y las sabias palabras de Vidal, la caminata se hace corta y pronto llegamos al campamento base.

Hoy será nuestra primera noche con los pastores y bajo la noche estrellada. Cenamos un rico arroz con pollo; cucharada y paso atrás. Después de llenar bien la tripa, todos nos reunimos alrededor del fuego. Algunos estamos cansados por lo que la mayoría no tardamos en marchar a dormir, pero tranquilos, lo más interesante está por venir.

Cuando solo quedan cuatro alrededor del fuego, y Ricardito se dispone a marchar a la cama, de repente una fuerza sobrehumana lo empuja, y cae al suelo con la silla pegada al culo. Creedme cuando os digo que fue más gracioso de lo que uno se imagina al leerlo. 

Autores: Cristina Hernández, Javier Benito, Laia, Claudia, Alba López, Carmen Lorente, Alejandro Madorrán, Ane Rivas, Jose Luis Olleta y Ricardo Serrano.

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